Juliette con 2 años
Juliette con 10 años
Los años pasaban y Juliette crecía sin saber nada de su primera semana. Ahora tenía 2 años y ya había aprendido a hablar y caminar-aunque torpemente-. La familia de Sara y Alberto no sabía nada de lo ocurrido con Ismhar y Aonia y... de Nawin. Solo la pareja de mortales sabía lo de los reyes elfos. Nadie sabía que existían los elfos ni que tenían un reino en alguna isla invisible entre Europa y América. Nadie intuía el por qué de la belleza y de los ojos dorados de la ahora llamada Juliette. Ella crecía como una chica normal gracias a el matrimonio que había accedido a cuidar de ella hasta nuevo aviso o... para siempre.
Se comportaba de forma normal, pero la gente desconfiaba de ella porque tenía los ojos dorados y nadie de la familia de los "padres" tenía ojos dorados. Incluso en su familia real, la elfa, ninguno tenía los ojos dorados. Y por culpa de los ojos dorados tuvo que dejar el reino elfo. ¿Por qué?, os preguntareis. Por la profecía:
La real criatura de ojos dorados
El mundo salvará o destruirá
Matará o ayudará al maligno ser
Sola no lo logrará conseguir
Pues alguien la hará comprender
Y ese alguien se sacrificará y morirá
Todos en el mundo elfo pensaron que lo mejor era mandarla al mundo de los mortales para salvar el reino elfo. Por lo que le quitaron los rasgos elfos más característicos: las orejas en punta y la larga vida (es tan larga [viven más de 500 años] que se llaman a sí mismos inmortales). Pero sus ojos no los pudieron cambiar.
No consiguió hacer amigos por culpa de los ojos dorados, lo que hacía que desconfiaran de ella. A las más creídas no les gustaba también porque era más guapa que todas ellas.
Pero el día de su décimo cumpleaños, 15 de marzo, la profesora dijo:
- Chicos, chicas, hoy es un día especial-Juliette levantó la vista del pupitre.
¡Se ha acordado... se dijo a sí misma.
- Hoy-continuó la profesora-tenemos un nuevo alumno-Juliette agachó la cabeza de nuevo.
...no =(, pensó Juliette.
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