- ¿Qué pasa? ¿Te encontraste a un gato en lo alto de un árbol y tuviste que rescatarlo?
- Cállate.
Me sonrió.
- Era broma -dijo.
Yo ni siquiera contesté. Las clases fueron muy largas. En todas las asignaturas estábamos repasando todos los temas dados con anterioridad, por si algo no nos había quedado claro, aunque todavía quedaban dos meses para los exámenes de invierno. Aun así mandaron muchísimos deberes.
Iba a casa super cargada. Y, para gran desgracia mía, Sam me siguió.
- ¿Hoy vas a casa de tu padre? -preguntó.
- ¿Qué te importa?
- ¿Por qué te caigo tan mal? -inquirió-. Podrías tratarme un poquito mejor, ¿no te parece?
- Aplícate el cuente -contesté inexpresiva.
- Pff... bueno, pues hasta mañana, Señorita Borderíos -dijo, y se fue por el otro camino.
Tuve ganas de gritarle cosas, pero seguro que pasaría de mí. Así que seguí caminando hacia mi casa. Tenía que asegurarme de que dejaba hoy todo mi cuarto, mañana era sábado y tenía que ir por la mañana a la casa de mi madre. Normalmente yo cambiaba de casa por las tardes, pero no quería llegar muy pillada a mi cita con Calipso. No había esparcido mucho la ropa.
- No te olvides nada -dijo mi padre.
- Em... vale -nunca me recordaba cosas, yo era suficiente ordenada. Entonces supuse que tenía algo que decirme, y que no sabía por donde empezar-. Cuéntame, papá.
- Pues... Mira, no quiero arruinarte tu semana con Nicole. Pero quería saber si podrías pasarte por aquí en algún momento de la semana. Bueno, el martes.
- Papá, por un día no se me va a caer el mundo encima. Además sabes que me gusta estar contigo.
-Genial -dijo sonriendo.
- ¿Para qué quieres que venga? -pregunté.
- Los hijos de Amber, vienen, ella quiere que les conozcamos -contestó.
- ¿Amber tiene hijos? -pregunté enarcando la ceja.
- Sí, dos chicos gemelos. Estaban en una Universidad del norte, y han venido aquí. Van a mudarse -explicó.
- Ah, pues bien.
Puf, de repente estaba conociendo a tantos chicos... Me fui a la cama pronto, quería descansar.
* * *
El sonido del timbre me hizo dar un sobresalto, a pesar de que sabía quiénes eran. Ya me había vestido, así que corrí a abrir la puerta de la casa de mi madre. El señor Cardew sonrió al verme.
- Hola, Jess -saludó, jovial.
Les invité a pasar. Los hermanos de Calipso y Zac, Odeth y Will me dieron dos besos antes de pasar a mi casa. Qué familia tan... en fin. Calipso me dio un abrazo al entrar.
- ¿Cuál es el plan? -me preguntó.
- Mmm... la verdad, todavía no lo había pensado. Pero quería irme de compras !!
Zac me sonrió y siguió a sus hermanos pequeños.
- Me parece genial !
- ¿Zac se viene con nosotras? -pregunté.
- Supongo, también nos acompañan Will y Odeth -yo abrí mucho los ojos-. Lo siento -continuó ella al ver mi expresión-. Me los han encasquetado mis padres.
- Bueno, supongo que no pasa nada.
Cogí el bolso y me reuní de nuevo con ella en la puerta. Zac también nos esperaba, con sus hermanos pequeños al lado.
- Al final me voy con vosotras -anunció con una sonrisa.
Me encanta esa sonrisa...
- Genial ! -dije.
Salimos por ahí. Efectivamente, Calipso y yo fuimos de compras, con Zac, que llevaba a Odeth a caballito, y Will que les seguía riendo por detrás. Calipso, cada vez que veía un nuevo escaparate se acercaba con la excusa de que necesitaba cualquier tontería de esa tienda en concreto. Su monedero parecía un pozo sin fondo, y pronto Zac tuvo que dejar a su hermana para ayudar a llevar bolsas. Yo conseguí unas sandalias geniales en una pausa de las compras-bomba de Calipso.
Recibí una llamada perdida de Bridget, así que llamé.
- ¡Hola! ¿Tienes planes para esta tarde? -preguntó, nerviosa.
- Bueno, estoy con unos amigos de compras y eso...
- Da igual ! A Vivian sus padres le han dejado montar una fiesta en casa mientras están en un restaurante de no sé qué. Apúntate ! En una horita en casa de Vivian. ¿Qué te parece?
- Mm... voy con dos niños de alrededor de unos diez años, ¿es una fiesta apta para ellos? -pregunté con tono sofisticado.
- Bueno, pueden estar con Samy, la hermana de Vivian -propuso ella.
- Entonces, perfecto. Allí estaremos.
Colgué y me volví hacia mis acompañantes:
- Una fiesta en casa de Vivian, ¿os hace? -les pregunté-. Will y Odeth se pueden quedar con la hermana de ella.
- A mi me parece genial -dijo Zac.
Calipso también estuvo de acuerdo, pero luego nos rogó ir a comprarse una falda. Llegamos justo a tiempo a la fiesta. La casa estaba genial, había una luz de discoteca, y reconocí a Alex haciendo de DJ. Pronto nos pusimos a bailar. Zac se acercó a mí para bailar conmigo y Calipso se buscó a otro chaval de su edad. He de reconocer que Zac bailaba genial. Cuando fuimos a por una bebida él me pasó el brazo por encima del hombro y comentó:
- No había reconocido esta faceta tuya en la Reunión.
Y me dedicó una de sus deslumbrantes sonrisas.
Will y Odeth
(tuve que coger a los hijos de Julio Iglesias :$)
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