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- Bonito nombre. ¿Cuál es mi sitio?-pregunté. No sabía donde sentarme.
- Allí en esa esquina. Sin embargo a Lucy, la que se sienta entre Percy y yo no le gusta su sitio porque dice que no tiene a Patricia, su mejor amiga, a su lado. El sitio en el que tú te sentarías está al lado de Patry. Le puedo decir que le cambies el sitio.
- Vale-le contesté contenta.
- Voy a decírselo.
Cuando iba a empezar a andar le agarré del brazo y le susurré:
- Gracias.
- De nada-me sonrió como si estuviera encantado de que se lo agradeciera.
Se fue hacia la que creo que era Lucy. De pronto una voz conocida surgió desde mi espalda.
- Conque hablando con Roger ¿eh?
- Conque incordiando de nuevo ¿eh?
- Venga no me trates así. ¡Jajaja!-Percy se rió. Me encantaba su risa.
- Bah era broma.
Se tocó el pelo y después hizo un gesto y puso una mueca como si se hubiera acordado de algo.
- ¿Has notado algo mientras hablabas con él?
- ¿Algo como qué?-le pregunté, aunque suponía lo que se refería.
- Pues... algo raro. Algo que no sientes cuando estás conmigo-parecía impaciente como si quisiera contármelo él pero tampoco quería decírmelo del tirón por si ya lo sabía y hacía el ridículo.
- ¿Amistad?
Me miró y masculló algo que no entendí. Puso una mueca de enfado. No pude soportarlo. No podía dejar que se enfadara conmigo.
- Vale, vale. Tranquilo. Era broma. Sí que eres mi amigo.
- Ya lo sabía, pero querí que me lo dijeras tú.
Me la había colado.
- Creo que sé a lo que te refieres. Me lo ha explicado Roger. Lo de cambiar las emociones, ¿no?
- Exacto-me contestó.
Roger volvió.
- Asunto solucionado. Te puedes sentar en el sitio de Lucy. ¡Hombre Percy! Hola. Charlotte es nuestra nueva compañera de... estar en medio de nuestras dos mesas-Percy y yo le miramos con cara rara-. Sí, ya sé que no es muy corto pero qué quereis. Me lo acabo de inventar.
Iba a decir que no se preocupase pero entró en ese momento entró el profesor.
- Bien chicos sentaos que va a empezar la clase-se acercó a su mesa-. Como ya sabreis hay una nueva alumna. Llegó hace dos días.
Hubo un ligero murmullo en la clase entre lo que escuché cosas como bienvenida, me presentaré después y cosas por el estilo. Aperte de las pijas que dijeron cosas que no me gustaría decir.
- Bien. basta de cháchara. Que empiece la clase.
Edward se llevó media clase charlando sobre las ecuaciones y todo eso. Antes de morir ya lo di por lo que no presté demasiada atención. Para no aburrirme durante la explicación me puse a pensar en lo que me había comentado Roger. ¿Por qué él tenía una habilidad y otros no? Eso es una injusticia. Aunque nadie había dicho que la existencia fuese justa no?
Por otro lado me puse a pensar en Mark. ¿Qué podíamos hacer al respecto? La habilidad de Roger no nos servía de mucho. A Roger se le notaba que era especial sin embargo Percy también tenía algo... diferente. No me pregunteis como lo había notado porque solo era una corazonada. En "la otra vida" hay muchas cosas extrañas que nunca comprendí. Por ejemplo, ¿por qué esto de las habilidades?
- Bueno-escuché decir a Edward-, ahora vamos a hablar sobre las habilidades especiales de algunas personas-me paré para escuchar porque este tema me interesaba-. Aquí tenemos 2 chicos con habilidades. William y Roger. Cómo sabreis Roger tiene la habilidad de cambiar las emociones de la gente y William levita objetos. En una clase más avanzada hay un chico que tiene poder sobre el fuego. Roger, William ¿os importaría acercaros para demostrarlo?
A mis compañeros se les notaba bastante interesados por lo que deducí que nunca habían dado esta clase.
Roger empezó a cambiar las emociones y me sentí triste, justo después volví a sonreír como media hora antes y después me enfadé. De repente oí una voz que reconocí al instante.
- Vale ya Roger, no lo aguanto más. ¿Alegre? Vale. Pero triste y enfadada... como que no-dijo Vivian.
Di que sí Vi.
Se oyó un murmullo de aprobación y Edward le dijo a Roger que parara.
A continuación le llegó el turno a William. Una tiza se alzó en el aire y empezó a escribir en la pizarra:
B-i-e-n-v-e-n-i-d-a,-C-h-a-r-l-o-t-t-e.
Bienvenida, Charlotte.
Le dediqué una sonrisa de agradecimiento y después me la devolvió.
- Bueno, ya habeis visto como funcionan-continuó Edward-. Ahora os contaré más sobre eso.
Ya viene lo que me interesa.
Pero no vino. Contó lo mismo que Roger.
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Un capítulo bastante largo ¿eh? Bueno, me voy.
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