Al fin llegó el sonido más esperado por mí, o por todos, el timbre del fin de las clases. Recogí el cuaderno y el estuche y lo metí en mi taquilla. La número 15. Mi número de la suerte. Espero que siga siéndolo como siempre y no me decepcione. Nunca supe por qué me gustaba tanto ese número. Siempre me encantó y no me dio por pensar que tenía de especial. Simplemente me gustaba y nada más. Percy, Lidia, Vivian y Roger aparecieron detrás mía.
- ¿Te vienes a dar una vuelta por la ciudad?-me preguntó Lidia con entusiasmo-¡Tengo ganas de ir a dar una vuelta!
- Tranqui Lía, estás demasiado eufórica. Parece que nunca hubieras salido de aquí-le dijo Vivian-Venga vente Lotty. No acepto un no por respuesta.
- Bueno, te vienes ¿no?-me dijo Percy.
- No creo que sea lo mismo sin ti-siguió Roger.
- ¡Jo! Esto parece un discurso-dije sarcástica-. Y por cierto Vi. ¿Lotty? ¡¡No me vuelvas a llamar así!! ¡¡Es horrible!!- le grité a Vivian.
- Vale, vale.
- De acuerdo. Esto está arreglado-dije contenta.
- ¿Pero te vienes o no?-me preguntaron todos a la vez.
- Que sí, que sí. ¿Dónde vamos?
- Al centro comercial. Necesitas más ropa. No vas a estar durante el resto de tu existencia con esa, ¿no?-me sermoneó Lidia.
- Fanática de la ropa-mascullé.
Lía frunció el ceño pero los demás estallaron en carcajadas.
Salimos de la clase y nos encontramos con Cata y Cate.
- Vaya Lotty. ¿De compras con tus nuevos amiguitos?-empezó Cata.
- ¿Cómo?-pregunté yo.
- Lotty. ¿No te llamabas así?-preguntó Cate-O al menos eso dice Vivian.
- ¡Qué empiece la guerra!-murmuré.
- Ups, se me olvidaba. No me llameis Lotty.
- Lotty... no te gusta tu nombre. ¿Acierto?-preguntó Cata.
- Lotty no es mi nombre. Verdad ¿china?
- ¿China?-contestó extrañada.
- Sí, china. ¿No te llamas Cata Lin?-pregunté a la defensiva.
- No, pero tú si te llamas Lotty.
- TE HE DICHO QUE NO ME LLAMES LOTTY.
De repente Catalina empezó a temblar. Le empezó a temblar el pie, seguido de las piernas, justo después le temblaron las manos, los brazos, el tronco y para terminar la cabeza. Se tiró al suelo y empezó a chillar y retorcerse. Después de eso perdí el conocimiento.
***
- ¿Charlotte?-me despertó la voz preocupada de Percy.
Abrí lentamente los ojos y vi el rostro de Percy.
- ¿Qué ha pasado?-pronuncié las palabras lentamente-Estoy un poco mareada.
- La verdad... no sé lo que ha pasado. Cata y tú os peleasteis. Le chillaste enfadada y ella empezó a temblar hasta que ella se cayó al suelo de dolor y tú te desmayaste. No sé como ha sido. Edward y el director se enteraron pusieron cara de preocupación y se metieron en el despacho murmurando: "No es posible, no es posible".-me explicó.
Las palabras le salían atropelladamente. Como si estuviera asustado.
Me incorporé y me di cuenta de que estaba en mi cuarto. Me iba a lenvantar y cuando estaba en el aire se me aflojaron las piernas y me desplomé. Suerte que Percy estaba allí, si no que hubiera pegado un buen trompazo.
- No te levantes, todavía no estás bien del todo-me dijo.
Me di cuenta de que estábamos los dos solos en la habitación. No estaban los demás.
- ¿Dónde están los demás?-pregunté.
- Han ido a por agua. Ahora vuelven.
En ese instante llamaron a la puerta. Eran el director y Edward.
- ¿Qué ha pasado?-les pregunté-¿Qué le ha pasado a Cata?
- Has sido tú-me contestó el director.
- ¿Cómo?-preguntamos Percy y yo al mismo tiempo.
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