- Tú debes de ser Jess -dijo uno de ellos-. Yo soy Cole, y él, Liam.
El otro movió la cabeza a modo de saludo y se quedó callado.
- Encantada... -murmuré.
- Chicos -dijo Amber-. Nos vamos a ir por ahí, a que conozcáis un poco los alrededores, para cuando tengáis que venir.
Ellos asintieron y salimos a la calle. Eran las cuatro de la tarde, y supuestamente iba a estar la mayor parte del día con ellos, así que supuse que serían 6 horas como mínimo. Liam se puso a mi lado y le oí la voz por primera vez:
- Espero que no te importe que vayamos a tener que quedarnos en tu habitación -me dijo. Efectivamente, ellos dormirían en mi cuarto, aprovechando que esta semana yo estaría con mi madre.
- Para nada -contesté.
- Lo siento, antes no te dije ni hola... Estaba más ocupado observándote -aclaró sonriendo.
Yo enrojecí levemente y me quedé muy cortada.
- Lo siento, no quería... -se disculpó-. No pretendía molestarte, es que me pareces... bastante guapa.
¿Pero de dónde han sacado al tío este? Me gustaría saber que tipo de estrategias de cortejo aprenden en su ciudad.
- No pasa nada, solo es que... no estoy acostumbrada a que me digan esas cosas -balbuceé, azorada.
- Me extraña -volvió a sonreir.
- Pues... créeme... ¿Es así cómo habláis a las chicas en el sitio donde vives?
- Bueno... De normal los demás chicos se comportan igual.
Entonces se acercó Cole.
- ¡Deja ya de avergonzar a la chiquilla! -exclamó, y me pasó el brazo por los hombros-. Entiéndele, no tiene mucho trato con las chicas -susurró, pero Liam le escuchó.
- ¡No digas eso! ¡Tengo casi tanta como tú! -gritó indignado.
- ¡Já! No le creas, Jess, solo quiere hacerse el importante -siguió.
Entonces Liam le dió un empujón.
- Oh, perdón, ¿te hice daño? -dijo Liam, burlón.
- Anda ya, soy de hierro, hermano -contestó Cole.
Entonces se sonrieron de nuevo. Era una pareja de hermanos bastante peculiar... Y no tuve más remedio que sonreír yo también. Me caían genial. Liam siguió hablando conmigo con total tranquilidad, mientras Cole le cortaba cada dos por tres.
El móvil de Cole sonó y él contestó.
- Otra vez -murmuró Liam. Cole le hizo un gesto para que se callase-. Es su novia -explicó dirigiéndose a mí-. Se llaman cada dos por tres. Son taan empalagosos -y rió.
Yo volví a sonreír, la verdad es que con ellos resultaba fácil que el tiempo pasase rápido. Nuestros padres iban más adelante que nosotros, y Cole se apartó un poco para hablar en intimidad.
- En realidad es genial -comentó Liam, refiriéndose a Cole-. Un poco plasta, pero el mejor hermano que he podido tener.
Seguimos caminando, él me contaba muchas cosas sobre su ciudad, sus amigos, los estudios... Y yo le escuchaba, sonriendo rodo el rato.
Cole volvió pronto, no había hablado mucho con su novia, y entonces llegamos al restaurante donde íbamos a cenar. Yo me senté entre los gemelos, que no paraban de pelearse por quién comía más o menos aceitunas de las que habían puesto en el centro de la mesa. Eran dos tíos geniales.
La noche pasó rápida, y pronto tuvimos que volver a casa. Nuevamente nuestros padres se adelantaron. En la puerta de casa, Mi padre y Amber tuvieron que coger el coche de los gemelos, que habían dejado fuera, y meterlo dentro del aparcamiento común subterráneo, ya de paso subirían a la casa por el ascensor del garaje. Luego ellos nos abrieron la puerta del edificio desde el ático, con el botón del telefonillo. Cole entró a sujetar la puerta, y Liam se volvió para mirarme.
- Me gustas mucho, Jess, me lo he pasado genial contigo esta noche -dijo.
Luego me dio un beso en la mejilla, me revolvió el pelo y entró en el edificio. Cole se reía por lo bajo y me despidió con la mano.
Yo me quedé muy rayada ahí, en medio de la calle, hasta que vi las luces del coche de mi madre llegar. De camino a casa, todavía seguía flipando, pensando a qué había venido aquello...
Antes de dormir recibí un mensaje de Kate:
"Buenaas ! :) este finde nos vamos de acampada !
no es genial? prepara tu maleta,
nos vamos pasado mañana, así
que te pasaremos a recoger
el sabado a las once de la mañana
si quieres te puedes llevar a
Calipso y el otro chico bss !"
Eso era genial, me apresuré a mandarle un mensaje a Calipso, diciéndole que se viniese con Zac. Y luego me acordé. Tenía que pedirle permiso a mi madre... puf.
Baje las escaleras, y no me dio tiempo hablar, porque empezó ella. Por supuesto, me dejó, pero con sus condiciones:
- Me parece muy bien, pero... los hijos de Ámber tienen más o menos tu edad, ¿no? -preguntó-. Llévatelos contigo, así conocen a tus amigos, no te parece ?
- Em... vale -dije no muy convencida.
Le mandé otro mensaje a mi padre pidiéndole permiso para que los gemelos se viniesen conmigo. Aunque después de lo que me había dicho Liam, no sabía si sería capaz de mirarle a la cara sin sonrojarme...
Cole y Liam
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