- ¡Holaa! No esperaba que me fuéses a llamar -dijo ella.
- Mmm... ya, ¿me puedes pasar con Zac? -entonces se quedó callada- ¿Eii? ¿Calipso?
- Jo, me llamas para hablar con mi hermano ? - me la imaginaba poniendo carita de corderito...
- Es que... no tengo su número, y tengo que hablar con él.
- Bueno, vale -oí como llamaba a su hermano, y me alegré de que no pidiese explicaciones.
- Hola -saludó él.
- Hola, Zac... esto... ¿tú puedes quedar? Ahora...
- Mmm, bueno, sí, te voy a recoger a tu casa?
- Sí, genial ! Te espero aquí, vale?
- Ok ! - y colgó.
No me esmeré mucho en elegir una buena ropa, con unos vaqueros pitillos y una camiseta de hombre descubierto con cinturón, salí a la calle. Allí estaba él. Ahora... me sentía como una tonta, le veía como si fuese un ángel... aunque tal vez pudiese denominarle así, pues él era de mi raza. Me acerqué y no le dije ni hola... qué vergüenza...
- ¿Para qué hemos quedado? -preguntó.
- Puedes imaginártelo.
- Sí, creó que sí -dijo con una sonrisa.
- ¿Podemos... ir al bosque? Es que... prefiero hablar allí-dije.
Los árboles siempre me habían encantado, la compenetración de las razas con la naturaleza era más fuerte que la de los humanos. Él asintió, cogió su coche, con el que había llegado, y condujo hasta la entrada de la masa de árboles.
Cuando empezamos a caminar me sentí más tranquila, me quité las sandalias, y las cogí en la mano... Así estaba mucho mejor. Pisar descalza la hierba es genial.
- Bueno, ¿qué ibas a decirme? -preguntó Zac.
Le miré y fruncí el ceño.
- Mmm... no me interrumpas hasta que yo te diga -le avisé-. Te quiero -era lo único que se me ocurrió decir, pero luego la cabeza se me llenó de nuevos discursos-. Y... hay un problema, y es que también quiero muchísimo a Sam y a Liam... Me he dado cuenta, y no puedo seguir negándolo, porque es la verdad. La... "idea" de mi amiga, es que puedo quereros a los tres por igual, peroo yo sé que vosotros, probablemente no podrías compartir chica, ni estaríais dispuestos a... bueno, a eso.
- A mí me da igual -me cortó. Había pasado completamente de lo que le había dicho de que no me interrumpiese-. Si te quiero, es de cualquier forma, aunque ames a otros a la vez. Solo quiero poseer al menos... una parte de tí.
Noté que perdía el equilibrio y las alas salieron de mí instantáneamente, evitando que cayese al suelo.
- Mierda... mi camisa -murmuré.
Zac sonrió. Escondí de nuevo las alas, y él me abrazó.
- No te preocupes por mí, seguiré estando aquí, contigo...
Tan comprensivo, tan atento, tan dulce, tan adorable...
Miré hacia arriba y mis labios buscaron los suyos, hasta encontrarlos. Le besé pacientemente, no quería ir rápido, le rodeé con mis brazos a la altura de la cabeza, y al rato, me separé de él.
Bajé la cabeza, no sin antes ver la sonrisa encantadora de Zac que, a mis ojos, podría alumbrar el bosque entero.
- No sé si los demás opinarán lo mismo... -susurré.
- Liam sí, créeme, le he conocido muy... a fondo la última vez que le vi. Es como un libro abierto, y Sam... bueno, ese no sé.
Le apreté más contra mí. Junto a él me sentía protegida. Él me acarició el pelo con tranquilidad.
- Es lo que te he dicho: si te quieren, no les puede importar -murmuró.
- Ya, supongo.
Hablabamos todo el rato abrazados, yo no separaba mi mejilla de su pecho.
- Me siento genial -comentó Zac-. Soy el primero que te ha besado de los tres.
Yo sonreí, le cogí la mano, y juntos volvimos al coche...
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Me encanta Zac, en serio, es... genial
A lo mejor estaré un tiempo sin escribir, porque
me voy de vacaciones, aunque puede que consigue llevarme
el portátil. SeosQiiere :) Mari
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