CAPITULO 4: Contarlo todo

-Sabes que no me gusta nada espiar a nadie -me dijo Brianna.
La miré pálida. ¿Cómo le iba a contar nada a mi hermana? Madre mía... debería haber llamado a Lizz en la terraza, sin que nadie me mirase. La he cagado.
-Por favor, que no confíes en mamá vale -dijo ella con los ojos tristones-. Pero que no confíes en mí me parece muy fuerte.
-Pero... -balbuceé.
-Lo he escuchado: tu mejor amigo se ha liao contigo y tú no quieres saber nada de él, ¿no?
-Más o menos... -contesté yo.
-Eso. Pues no sé. Díselo. Si sigues en este plan solo vas a conseguir hacerte daño tú y a él. Porque si sigues así y lo dejas pasar todo este tiempo, el se acabará dando cuenta y se va a cabrear contigo... -me dijo de una tirada-. De todas formas, yo solo aconsejo...
-Creo que de todas formas es lo que tendré que hacer -murmuré- ¡Qué asco! ¿Por qué me pasa esto a mí?
-Yo también pasé por algo parecido.
La miré de forma interrogante y ella siguió:
-Jeff, un amigo, me pidió salir. Estuvimos durante un tiempo, en verdad no me gustaba, pero no quería decirle que no... Estuvimos 1 mes, me empezó a gustar otro y un día me decidí a pedirle al otro, y se lo tuve que contar todo a Jeff... Se mosqueó muchísimo y no me volvió a hablar. Si no le hubiese dicho que sí, todo hubiera ido mejor -ella bajó la cabeza-. Bueno -dijo volviendo a mirarme- tengo que irme. Espero que te haya servido.
Salió de mi cuarto y yo me senté. ¡Pobre Bri! No me gustaría que me pasase eso... Bueno, tengo que decírselo. Marc tiene que saber que paso de él.
Abrí mi portátil y me metí en el messenger. Había muchísima gente conectada... Marc entre ellos. Pinché dos veces sobre su nombre en el teclado... ¿Qué le digo? Primero por lo primero:

Conversación

Alexiita dice:
· olaa.

Marc dice:
ola, wapisima

Alexiita dice:
Q tal??

Marc dice:
perfe...

Alexiita dice:
am...

Marc dice:
tengo una prewunta...
t wusto lo de ayer??

Alexiita dice:
em... oxe, tngo Q ablar cntigo, kedamos??? voii a buscarte??

Marc dice:
ok


Fin de la conversación

Los dos nos desconectamos... ay, que nervios. A saber que le voy a decir. Al cuarto de hora se escuchó el timbre:
Me co´gí la sudadera. Al bajar las escaleras, Bri me guíñó un ojo: sabía a donde iba. Dije adios. Allá iba...