CAPITULO NUEVE

      Era la hora de la fiesta, me había puesto un vestido blanco de tirantes y cortito. Como me iba a quedar a dormir en casa de Abby, me había cogido mi mochila y había metido los pantalones de chandal y la camiseta enorme que tengo para dormir, aparte de otras cosas.
      Me quedé esperando delante de mi puerta. Al rato ví el Mercedes de Abby. Dentro estaban también Rachael y Sheila. Me subí al coche.
      - Hola, guapa!! -dijo Rachael-  ¡¡No nos has llamado!! ¡¡No sabíamos que ibas a venir, tonta!!
      - Sorry, es que no se me ocurrió...
      - ¿No se te ocurrió? -siguió Abby-. Si no nos llamas, tenemos que apañárnolas solitas para saber que vienes y montarte la fiesta.
      - Yo no quería fiesta!!
      - Pues te aguantas, tía, eso te pasa por no avisar.
      - La habríais hecho de todas formas... -murmuré.
      - Lo sabemos -dijo Sheila guiñándome un ojo.
      Llegamos a casa de Abby y bajamos del coche.  Carol estaba esperando en la puerta, y se acercó a darme dos besos y a decirme lo mismo que las demás: que por qué no las había llamado, que si tenía que haberles mandado cartas... En fin.
      Un coche que yo no conocía, Seat de color negro. De él bajó primero una chica muy rubia y de ojos azules, muy guapa, alta y delgada. Detrás de ella bajó un chico... un pedazo de chico. También tenía los ojos azules, y el pelo rubio, igual que la otra chica, era alto y estaba cuadrado.
      - Son los hermanos rusos, ella ha venido nueva a nuestra clase este año. Él es su hermano, es super simpático -me explicó Abby-. Se llaman Arisha y Mikhail.
      Yo me había quedado enbobada mirándole a él. 
      - ¿Esos son sus nombres rusos? -pregunté, para que no se notase que estaba emparanoiada con Mikhail.
      - Sí.
      Los hermanos se acercaron.
      - Bueno, os la dejo -dijo Mikhail-. Que os vaya bonito.
      Y nos guiñó un ojo, luego cogió su coche y se fue. Mi corazón estaba a mil.

Arisha

Mikhail