De todas formas hoy tengo razones para estar contenta: Sam viene a casa, él tiene 23 y estudia en la Universidad de la ciudad, así que viene poco; además hoy Chris y yo hemos estado hablando. Todo ha pasado en clase de química. Hoy su pareja había faltado, y Marc y yo no nos hablamos más (Lizz no está en mi clase de Química), total, que Chris se puso conmigo, y hablamos un montón. ¡Me lo pasé perfe! Es tan divertido... Además me dijo que él y sus amigos se iban a surfear el Sábado:
-Si quieres tú y Lizz podéis venir -me dijo-. ¿Ves a ese chico de allí? -me preguntó señalando a uno que yo no conocía, de pelo y ojos marrones-. Es Will -luego soltó una carcajada-. Está coladito por los huesos de tu amiga.
Me quedé a cuadros. Por supuesto le dije que le mandaría un mensaje cuando se lo dijese a Lizz, lo de ir a verles surfear.
-¡Qué fuerte! -me gritó cuando se lo conté- ¿Y te ha invitado Chris? -yo asentí-. Mmm... Pero yo no tengo ni idea de quién es el tal Will.
-Tiene pinta de ser simpático -le informé-. Además es muy guapito...
-Lo que pasa es que me da corte por Marc -me dijo-. Ya no hablo con él, y si se entera de que nos dedicamos a salir con los otros...
-¡Lizz! -la chillé poniendo mala cara-. ¡Deja ya de hablar de él! ¡Es un imbécil que no nos importa para nada.
-Antes era nuestro mejor amigo... -murmuró, pero al ver que le lanzaba una mirada asesina, se calló.
Así quedamos. El domingo nos preparamos y Sam nos llevó en su coche a la playa.
-¡Qué os divirtais! -nos dijo-. Ah, y buscaros a uno que esté muy "bueno" -me dijo guiñándome el ojo. ¡Qué iluso!
En la playa estaban todos, con sus trajes y todas las tablas de surf. Un par de chicas estaban por allí también: yo conocía a una, de Biología, que se llamaba Jean. La otra creo que se llamaba Angela, aunque la llamaban Angy.
Todos estuvimos por ahí, dando vueltas, con nuestras tonterías, hasta que los chicos decidieron que las olas ya estaban suficientemente altas y se metieron. Los demás nos pusimos a gritarles y echarles fotos. Lizz se empeñó en intentarlo. No tardó en caerse, pero siguió dentro. Los demás nos animamos y nos dimos un baño. Chris pasó por mi lado, tumbado en su tabla y me gritó que si me lo estaba pasando bien. Por supuesto le dije que sí.
Luego nos pusimos a comer pizza, cuando ya era de noche y un tal Allan se puso a cantar con la guitarra. Todos nos sabíamos esas canciones, así que estuvo genial. Luego empezaron con más instrumentos y el equipo de música y nos pusimos a bailar. Todo estuvo bien, hasta que vi a Chris que le pedía a Angy que bailase con él. Ahí se me encogió el corazón. Nada me sale bien. Creer que tengo posibilidades es una tontería. Me senté y me tragué de un sorbo un vaso de Coca-Cola.
Lizz se acercó: Sabía que cuando me daba por tomarme así una Coca-Cola es que algo no iba bien. Ella se percató de lo de Chris, pero no dijo nada, era lo mejor.
Sam volvió a eso de las diez y media a recogerme. Aunque no haya bailado con Chris, me lo he pasado perfe, y Lizz se queda a dormir.
Bri se queda con nosotras seguro... Nada puede cambiar mi buen humor... ¡Fiesta de Chicas
Brianna


Sam
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