Se despertó sobresaltada y sudando. Un chico que decía llamarse Kash le había cantado no sé qué paranoia suya de un mundo… Con una guerra, su Reina y un dèstile. Miró al frente. ¿Qué estaba diciendo? Era todo un sueño y una tontería. Menos mal, era domingo. No tenía nada que hacer, así que lo mejor sería bajarse a la calle y olvidarse de aquello.
Era muy temprano, la barriada entera estaba desierta. Subió calle arriba, más de un cuarto de hora estuvo andando sin rumbo. Tenía las piernas algo cansadas, cosa que le extrañó, porque siempre había sido capaz de andar mucho tiempo sin cansarse, pero se sentó en un banco. Se quedó mirando el árbol de enfrente y, sin darse cuenta, se pasó el tiempo y se quedó medio dormida. Pero una voz la despertó:
-Por favor, no te vayas –era una voz fantasmal, como la del día anterior, pero mucho más dulce e infantil-. No te vayas.
A Giselle se le heló la sangre. Otra vez. Miró a su alrededor: nada.
-¿Por qué no puedo verte? –gritó.
-Porque tengo que estar segura de que eres tú.
Sintió que ascendía, sus pies ya no tocaban el suelo. De repente cayó de nuevo.
-Eres tú.
Una niña rubia con el pelo sedoso y suelto, y los ojos azabaches la miró escrutando su interior. Tenía un vestido celeste de tirantes y unos zapatitos blancos. No aparentaba más de seis años.
Hola! Bienvenid@s a nuestro blog. Aqui encontrareis miles de noticias, fotos, historias y mucho mas! graciaas por visitarnos !! :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario